SENDERO ECOLÓGICO EN LA RONDA DEL RIÓ PAMPLONITA
Un kilómetro habilitado para las caminatas ecológicas. Asociación Ecológica Los Oitíes, de Cúcuta.
Casi que llegando a la primera pila que sostiene al puente Elías M. Soto, de sur a norte, surge un verde bosque seco tupido de cactus, tunas, fiques, que da soporte a un largo tramo de la ribera del río Pamplonita. Y no está ahí por casualidad. Cada especie se plantó con esmero, midiendo los espacios y entreverándolas para que, también, surtiera efecto positivo a la vista.
La cuadrilla conformada por cinco obreros de la asociación ecológica Los Oitíes de Cúcuta, que contrató Corponor, poda, riega, abona, fertiliza, corta maleza, siembra y planta a lo largo y ancho de un kilómetro de ribera del Pamplonita, que empieza a la altura de Las Cascadas y finaliza en el puente Elías M. Soto. Los fiques han alcanzado buena altura al igual que las tunas que sirven de fondo para contemplar el entorno de El Malecón.
Con ayuda de palas, picos, machetes, tijeras y demás herramientas van urdiendo figuras en el suelo como estrellas, aros, círculos, triángulos y ondas, a punta de gramas, crotos, barquitos morados y cucarachos, entre otras especies. Al alzar la mirada el turista se encuentra metido en una especie de túnel verde que se forma con las copas de los gigantes maderables como samanes, ceibas, oitíes, cedros, totumos, pardillos, neem y urapos. Esa sombra acompañada de la brisa que sale con fuerza del río lo incentiva a seguir caminando. A lado y lado del sendero, delineado con piedras para que no se pise ni se acabe con la vegetación, que en época de verano se estropea, se levantan jardines donde sobresalen las azucenas blancas de entre un tapete extenso de maní forrajero.
Los jardineros empiezan la jornada, todos los días, a las 7 de la mañana y terminan a las 5 de la tarde. Y recorren de punta a punta el sendero, que tiene un área de 50 mil metros cuadrados, para activar las mangueras con las que riegan, por sistema de aspersión, con agua extraída de tres pozos artesianos ubicados estratégicamente en el trayecto.
La asociación, que preside Erasmo Álvaro Carrillo Romero, ha recuperado el paisaje sin bajar la guardia ante quienes llegan los domingos y feriados a tirar vasos, botellas, bolsas plásticas, tapas, desechos de comidas y a pasear los perros dejando “tizones” en ese sendero que se avivó con múltiples propósitos.
Redactado por: Ricardo Galvis
Practicante Comunicación Social y de Medios
INPROSISTEMAS DEL NORTE