Si camina por estos días por la avenida Cero encontrará, en los mogadores, mensajes que invitan al transeúnte, por ejemplo, a ser prudente a la hora de cruzar de un lado a otro y le señala en un gráfico la existencia de la cebra.
Esa estrategia de gestión urbana “busca promover la formación ciudadana en comportamientos responsables, orientados a la convivencia en el espacio público”. Así lo ha enfocado la arquitecta y profesora de la Universidad Francisco de Paula Santander, Margarita María Contreras Díaz, en su tesis de grado de la maestría que está a punto de terminar en la universidad Piloto de Colombia.
El estudio lo abocó porque considera que Cúcuta “emerge hoy como una gran urbe conurbada de más de un millón de habitantes con su área metropolitana, es en gran medida un collage cultural, construido por las decenas de personas que llegan cada día. Esta población foránea, ha ido poco a poco configurando y desconfigurando nuestra esencia, elemento primordial de la cultura, la idiosincrasia y la identidad. Esta ciudad evidencia en su problemática social, un desarraigo por el espacio público, por las normas sociales y principalmente una falta eminente de cultura ciudadana”.
Reafirma que el problema de lo público en Cúcuta “es la falta de dolientes, la intermitencia de los gobiernos y los intentos valiosos no articulados que se han fraguado sin perpetrarse un detonante mayor, que incluya a los ciudadanos en una estrategia pedagógica, con valores de comprensión y aplicación clara, para cuidar lo público, como el mayor patrimonio que tenemos en común”. La arquitecta agrega que “son varias problemáticas que se traslapan y se manifiestan en el inadecuado uso de los andenes, la ocupación de los mismo por vendedores ambulantes (algunos apropiados del sitio, con carpa y mobiliario), el estacionamiento indebido en las aceras, obstaculizando en muchos casos el acceso a discapacitados y el tránsito fluido y continuo, por las avenidas principales de nuestra urbe”.
Por eso quiso empezar instalando los mogadores en la avenida Cero, que es administrada por Corpocero, ya que es el punto de referencia y lo destaca como ejemplo de eficacia y gestión del espacio público. Con las señaléticas, a partir de las reglas identificadas como modelo piloto, desde la calle 10 hasta la 15, pretende evaluar los alcances comunicativos, comprensivos y cognitivos de las personas. Les prestará especial atención a los comportamientos que se ajustan a las normas de convivencia (comportamientos urbanos responsables) y a los que no lo hacen. Se harán dibujos esquemáticos planimétricos y se complementará el registro con apoyo visual de video y fotografía.
También pondrá a prueba las estrategias diseñadas o diseño de metacontingencias orientadas a fortalecer los comportamientos urbanos. Para ello diseñará 10 avisos publicitarios, 2 por cada tipo de regla que se identifique en la fase inicial y serán ubicados en algunos tótems y pendones a lo largo de la avenida Cero y los videos e información sobre logros en reducción de violencia, accidentalidad, etc., y demás indicadores del progreso de los comportamiento urbanos serán exhibidos en la pantalla gigante ubicada en la calle 10 con avenida Cero, punto de partida de las observaciones, y una de las esquinas “hito” de la ciudad de Cúcuta.
El proyecto está inscrito como prueba piloto para apoyar un proyecto macro de Cultura Ciudadana en la Gerencia de Proyectos de la Cámara de Comercio de Cúcuta, que cuenta con el apoyo de Corpocero
Esa estrategia de gestión urbana “busca promover la formación ciudadana en comportamientos responsables, orientados a la convivencia en el espacio público”. Así lo ha enfocado la arquitecta y profesora de la Universidad Francisco de Paula Santander, Margarita María Contreras Díaz, en su tesis de grado de la maestría que está a punto de terminar en la universidad Piloto de Colombia.
El estudio lo abocó porque considera que Cúcuta “emerge hoy como una gran urbe conurbada de más de un millón de habitantes con su área metropolitana, es en gran medida un collage cultural, construido por las decenas de personas que llegan cada día. Esta población foránea, ha ido poco a poco configurando y desconfigurando nuestra esencia, elemento primordial de la cultura, la idiosincrasia y la identidad. Esta ciudad evidencia en su problemática social, un desarraigo por el espacio público, por las normas sociales y principalmente una falta eminente de cultura ciudadana”.
Reafirma que el problema de lo público en Cúcuta “es la falta de dolientes, la intermitencia de los gobiernos y los intentos valiosos no articulados que se han fraguado sin perpetrarse un detonante mayor, que incluya a los ciudadanos en una estrategia pedagógica, con valores de comprensión y aplicación clara, para cuidar lo público, como el mayor patrimonio que tenemos en común”. La arquitecta agrega que “son varias problemáticas que se traslapan y se manifiestan en el inadecuado uso de los andenes, la ocupación de los mismo por vendedores ambulantes (algunos apropiados del sitio, con carpa y mobiliario), el estacionamiento indebido en las aceras, obstaculizando en muchos casos el acceso a discapacitados y el tránsito fluido y continuo, por las avenidas principales de nuestra urbe”.
Por eso quiso empezar instalando los mogadores en la avenida Cero, que es administrada por Corpocero, ya que es el punto de referencia y lo destaca como ejemplo de eficacia y gestión del espacio público. Con las señaléticas, a partir de las reglas identificadas como modelo piloto, desde la calle 10 hasta la 15, pretende evaluar los alcances comunicativos, comprensivos y cognitivos de las personas. Les prestará especial atención a los comportamientos que se ajustan a las normas de convivencia (comportamientos urbanos responsables) y a los que no lo hacen. Se harán dibujos esquemáticos planimétricos y se complementará el registro con apoyo visual de video y fotografía.
También pondrá a prueba las estrategias diseñadas o diseño de metacontingencias orientadas a fortalecer los comportamientos urbanos. Para ello diseñará 10 avisos publicitarios, 2 por cada tipo de regla que se identifique en la fase inicial y serán ubicados en algunos tótems y pendones a lo largo de la avenida Cero y los videos e información sobre logros en reducción de violencia, accidentalidad, etc., y demás indicadores del progreso de los comportamiento urbanos serán exhibidos en la pantalla gigante ubicada en la calle 10 con avenida Cero, punto de partida de las observaciones, y una de las esquinas “hito” de la ciudad de Cúcuta.
El proyecto está inscrito como prueba piloto para apoyar un proyecto macro de Cultura Ciudadana en la Gerencia de Proyectos de la Cámara de Comercio de Cúcuta, que cuenta con el apoyo de Corpocero
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